domingo, 24 de marzo de 2013

PAHR



Hace un mes dejé la Dirección Ejecutiva del Programa de Apoyo al Hábitat Rural, el PAHR, por sus iniciales, costumbre en el Estado. Fui el segundo director del Programa, ya que fue creado recién hace poco más de un año. El PAHR tiene como objetivo contribuir a mejorar las condiciones habitacionales de la población pobre y extrema pobre en especial por encima de los 3,000 metros sobre el nivel del mar. Para ello, tiene 3 grandes componentes: el mejoramiento de viviendas, a través de Bonos Habitacionales y otros mecanismos; la puesta en marcha de centros de servicios complementarios, los Tambos, y la capacitación para la construcción de las viviendas.

En el primer año el esfuerzo estuve centrado en la construcción de los tambos. Ha sido un trabajo muy largo, que va desde ubicar el lugar, visitar y lograr la donación del terreno, preparar el Proyecto de Inversión, licitar y luego construir, supervisar, prepararlo y acondicionarlo para ponerlo en marcha, hacer convenios con otros organismos del Estado, y que funcione. Se están haciendo alrededor de 200. Se quiere hacer el Estado a la población dispersa, a los más de 80,000 centros poblados pequeños que hay en el Perú profundo.
Ha sido un trabajo muy enriquecedor porque conocí por primera vez como funciona el Estado por dentro, con sus batallas, dificultades, posibilidades, organización. También conocí y trabajé con muchas personas, a las que reconozco como compañeros, amigos y valoro su aporte, en muchas dimensiones, desde la lealtad, la pericia técnica, la generosidad, y la buena voluntad. Pasan por mi cabeza el nombre de muchas personas.
También aprendí que es necesario un ambiente y clima laboral que promueva que el servidor vaya con ganas a trabajar, y se quede si necesario, pero que no viva asustado, temeroso de equivocarse, paralisado, y sobre todo, que no se realice como persona. Y eso es importante porque afecta el servicio público que realizamos.

Conocí más al Perú. Viajé distancias muy largas, en avión, camioneta, bus, caballo, y a pie. Estoy cerca de conocer todos los departamentos del país, que espero que se de pronto. Cuántas personas valiosas se encuentran por ahí. Visité alcaldes que fueron abogados, policías, profesores, agricultores. Vi distritos con canon minero y los que no lo tienen, aunque vivan al frente. Fui a distritos que tienen plazas de armas espectaulares: de dinosaurios, en Aplao, de un ovni, en Santa Bárbara de Carhuacayán, de macas, quinuas, triciclos, café... vi municipalidades con ascensor a 4,500 metros de altura, con vidrios espejados, y también fui a una en una buhardilla, cuyos pisos crujían, con una mesa y 2 sillas, sin ningún personal estable.

Traté con Presidentes Regionales, Alcaldes Provinciales, Distritales, de Centros Poblados, Agentes municipales, Presidentes y Juntas de Comunidades Campesinas, Gerentes municipales, con colegas de otros ministerios y organismos diversos, como RENIEC, Senahmi, Banco de la Nación. El Estado es complejo. Hay mandatos, facultades, también envidias, feudos, mentiras. Hay que reformarlo, no sólo en términos de simplificación y de honestidad, sino en el insuflar un espíritu de servicio y una conciencia grande de lo que hacemos y sus repercusiones en la vida de otros.

Participé de inauguraciones. Viví el calor político, la peliculina, la ansia de quedar bien con el otro, de tapar los defectos, de la vergüenza. Me morí de frío y de calor. Fui parte de delegaciones enormes para tener que estar horas sin hacer nada sólo porque toca.. O decían que toca. Algún día escribiré sobre las inauguraciones. Miles de personas, intereses, todos peleando por su espacio, instituciones que deben defender su existencia, porque hay sueldos incluidos, otras que brillan y se saben así. Aquellos que pasan casi ignotos, y no se les entiende. Parecemos todos en un gran mercado donde el Presidente es el único cliente.

Conocí a un presidente sencillo y con una preocupación real. Lo llamé señor ministro la primera vez. La segunda se lo hice recordar y se rió. Al mostrarle como sería una vivienda, me habló de la importancia de tener un espacio para que la familia al final de la tarde pueda conversar, mirar el paisaje. Se preocupó que las camas no estén bien tendidas, como buen soldado. También conocí a una primera dama inteligente, con personalidad. Con mucho carisma también. Hice amigos y amigas también.

Aprendí de la organización del Estado, que en manera minúscula, pero ni tanto, se daba dentro de mi Programa. Aprendí que los ROF, MOF, MAPRO, POI, etc. son importantes. Si quieren saber qué son, básicamente son instrumentos de gestión que tratan de poner orden. Tenía área administrativa y presupuesto, legal, técnica, social y capacitación, coordinación institucional. Fue un gran equipo, en número y en calidad de personas. Por eso, como un homenaje a ellos, escribo este post. Y me llevo el recuerdo de esta foto. Saludos al PAHR!





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