sábado, 13 de abril de 2013

La continuidad de la discontinuidad

Desde que se hizo la Vía Expresa de la Av. Javier Prado, pasé con mucha frecuencia el cruce con la Avenida San Luis, en dirección al Distrito con el mismo nombre. Esa esquina es sumamente curiosa. Es un reflejo del Perú. Si mal no recuerdo, y haciendo un minucioso recuento dada la gravedad del tema, estimo que la señal de doblar y no doblar a la izquierda debe haber cambiado unas 7 veces. Eso significa que cada año y medio, la política de tránsito cambio en esa esquina. Y dado que habitualmente una norma se crea para resolver una situación, defender algo, promoverlo o evitarlo, sinceramente no encuentro razón para el cambio de la señal de tránsito. 

Acepto que se haya colocado la señal que indica que se pueda doblar a la izquierda. Y que luego de una serie de acontecimientos cuidadosamente analizados, se toma la sabia decisión de prohibir el giro. Ello debe venir con un informe técnico sustentatorio, hecho por un especialista, que debe ascender por diversas instancias hasta que se firme el documento aprobatorio. 

Lo que sinceramente no entiendo es como pueden haber 5 análisis consecutivos que concluyen lo contrario al anterior. Por ahora, ya se puede doblar. El problema es que cada día le creo menos al que decide esas cosas. Este simple hecho, que no deja de ser relevante porque tiene que ver con la seguridad de las personas, es un reflejo del síndrome de la discontinuidad.

Lo que más tenemos en el país es la discontinuidad. Vienen y van los gobiernos, y las políticas de Estado, que justamente así se llaman porque debieran trascender lo pasajero, se ven siempre sometidas a las improntas personales, coyunturales o (mal)intencionadamente políticas que sobreponen otros intereses a los más importantes. Con ello no quiero decir que no deban existir correcciones, cambios de rumbo o que el Poder Legislativo no puede hacer su trabajo de dictar leyes que sirvan al país. El punto crítico para mí es la debilísima institucionalidad de los organismos gubernamentales. No sólo ocurre en los grandes ámbitos de decisiones sino también ocurre en los niveles más técnicos y operativos. Lo que uno avanza el otro lo deshace. Y lo siguiente seguirá ocurriendo.

Todos deseamos la continuidad. Y estoy seguro que la habrá. Seguiremos, probablemente, en una continuidad de la discontinuidad. Una pena porque implica retroceso, estancamiento o en el mejor de los casos, lentitud.

Lo peor es que no es un problema de falta de planificación. En el Estado existe un organismo rector en esto (CEPLAN), y además hay un mandato para que todos los niveles de gobierno tengan planes. El país tiene uno, llamado Plan Bicentenario. También el Acuerdo Nacional.Y luego de ese de desprenden muchos otros: Plan Sectorial Multianual, Plan Estratégico Institucional, Plan Operativo Anual. También hay planes interregionales, municipales, temáticos. Es decir, por falta de planes no nos quedamos. 

El punto crítico es la implementación y sistemática contuidad de las políticas. Aquí tenemos a una PCM que no tiene equipo para ello (CEPLAN está allí). La alternativa que ha surgido, y que es bien interesante, pero con limitantes serias es el Presupuesto por Resultados. Es un instrumento consignado en la Ley General de Presupuesto, es impulsado y regulado por el MEF y permite la planificación, implementación y evaluación de acciones, donde se organiza al Estado en función de la consecución de resultados que llevan a acortar brechas, mejorar la calidad de vida, entre otros. La ventaja es que el presupuesto se calcula (o debería) en forma multianual y eso asegura la continuidad de las actividades, y al mismo tiempo, también la misma línea de intervención.

Ahora, los PpR son un desafío grande aún. El enfoque presupuestal es muy fuerte, la organización matricial que propone es compleja, y la articulación con los otros gobiernos (regionales y locales) y otros sectores complejiza mucho más todo. Pero bueno, será ocasión para explayarme en otro post, donde les cuente de la organicidad del Estado.

1 comentario:

  1. Lucas! Me parece un interesante artículo abordado desde una perspectiva didáctica, eso me recuerda al peaje de Kouri que luego lo terminaron sacando ajajaja. Por otro lado, eso de la continuidad es como tu dices un problema parte de una mayor problemática (valga la redundancia) , donde humildemente pienso que parte de ello lo conforma la eterna batalla MEF vs PCM que dan lineamientos desde su perspectiva sin buscar algo conjunto.

    PD1: Por favor tienes que hacer un post acerca del SIAF
    PD2: Coloca un boton de like, al menos la gente que no comenta puede darte un like

    Rubén Alcalá

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